domingo, 1 de febrero de 2009

Nota del 31-01-09 en diario Nuevo Dia de Coronel Suarez

Sobresale adentro y afuera de la cancha

Los responsables del cuerpo técnico del “Pincha” destacaron el valor que tiene esta experiencia para los chicos “Buscamos construir personas”, dijo el médico de la delegación

No sólo Estudiantes estableció claras diferencias en cada partido que jugó en el Torneo de Fútbol Infantil Copa Ciudad de Coronel Suárez. El club platense también sobresalió por la estructura profesional que está al servicio de los chicos de la categoría 97 que juegan el certamen paralelo.

Además de Carlos Bottegal, coordinador del fútbol infantil y director técnico; llegaron a Coronel Suárez, Agustín Quihillaborda, preparador físico; Juan Figueroa, encargado de la parte técnica y Leandro Roque, médico. Sólo una parte de la enorme organización que el club le destina al fútbol infantil y amateur, y que por lejos excede a la del resto de los equipos participantes.

El equipo de Estudiantes de la categoría 97, junto a Juan Figueroa, Agustín Quihillaborda y Leandro Roque.

Juan Figueroa es el director técnico de la categoría 97 y va por el séptimo año que trabaja en Estudiantes. En diálogo con NUEVO DIA señaló sobre el objetivo de su trabajo que apunta a “entregar la mayor cantidad de jugadores a la Novena división, si es posible del radio de la ciudad de La Plata. Si tenemos que salir a buscar jugadores tratamos que realmente sean distintos. Lo fundamental es que el chico tenga técnica natural, para después poder trabajar sobre esas condiciones individuales”.

Por otra parte, Figueroa remarcó que la presencia de Claudio Vivas le dio un envión especial a las divisiones inferiores del Pincha. “Su llegada le dio un nivel muy importante; la forma de trabajar en los últimos años ha sido fundamental para la incorporación de muchos jugadores”, expresó.

Con satisfacción, hizo mención a la importancia que Estudiantes le da a su semillero. “La prueba está en la Primera, son todos jugadores del club. En Estudiantes se le presta mucha atención al fútbol infantil y al fútbol juvenil”, aseguró.

Sobre el certamen, admitió que “para los chicos es una experiencia nueva estar en casas de familia. Me parece que está muy bien organizado y las canchas en las que nos ha tocado jugar, tanto la de Boca como la (Deportivo) Sarmiento están en muy buenas condiciones. Tienen instalaciones y predios que muchos equipos de Buenos Aires envidiarían. El torneo me parece muy interesante”.

Con respecto a los objetivos que se persiguen a través de esta clase de viajes, el orientador expresó que “cuando tomo una categoría, como es el caso de la 97, a la que tengo desde el 16 de enero, la formación del grupo es fundamental. Y estos torneos ayudan. Esta es una experiencia nueva, porque siempre tenemos a los jugadores con nosotros en el mismo lugar de hospedaje. De esa manera convivimos todo el día con el jugador y vemos el comportamiento y las necesidades. Pero esto no deja de ser un aprendizaje más, para nosotros y también para los jugadores”.

La importancia de la motivación

Agustín Quihillaborda es profesor de Educación Física recibido en la Universidad Nacional de La Plata. Hace 2 años que trabaja en la preparación física de la categoría 97 y desde hace un tiempo se sumó al cuerpo técnico del plantel profesional.

“Hace 4 meses que tengo la posibilidad de colaborar con el profesor (Gabriel) Macaya, de quien estoy aprendiendo infinidad de cosas. La preparación física de alto rendimiento era un mundo casi desconocido para mí”, remarcó el profe, aunque reconoció enseguida que “donde me siento más cómodo es en fútbol infantil”.

En referencia a la preparación física de los chicos, puntualizó que “a temprana edad es importante saber cuáles son los beneficios que se pueden lograr trabajando la preparación física. Vemos en los últimos tiempos que por copiar el modelo del campeón muchos equivocan el camino. Esto es grave en esta etapa porque lleva a que el chico abandone pronto la actividad”.

En este sentido, aconsejó que “se deben trabajar las capacidades motoras a través del juego; es verdad que se puede estimular la resistencia y la velocidad, pero esto puede hacerse mediante el juego. Así, el chico se siente motivado y lo hace sin darse cuenta y el profesor a través de ese trabajo cumple con su objetivo”

“Trabajamos mucho, sobre todo los días en que el técnico trabaja fútbol y táctica, en lugar que nos queda al costado de la cancha, la coordinación psicomotriz, la saltabilidad y la corrección de las técnicas de carrera y de salto, que son el paso previo para lograr el mejor desarrollo de las capacidades motoras a edades más tardías, cuando realmente se tienen que trabajar, a los 14 o 15 años de edad”, explicó Quihillaborda.

El visitante destacó la importancia que tiene la motivación para el menor porque “si está motivado el chico juega y aprende; caso contrario pierde la atención, no aprende, se desmotiva y es muy posible que termine dejando la actividad”.

Formación de profesionales

Leandro Roque es uno de los médicos que trabajan en Estudiantes. Sobre la labor que cumple en este grupo, apuntó que “se complementan con lo que hacen el técnico, el profe y el coordinador. No sólo se trabaja cuando un pibe tiene una lesión, sino también se sigue su alimentación y nutrición. Cada vez que hacemos un viaje tratamos de reeducar al chico. Estos viajes construyen al chico como persona, es el complemento para formarlos como adultos. Estudiantes siempre busca la formación de profesionales, se trata al pibe como si mañana fuera a jugar en Primera”.

Si bien señaló que la experiencia de tener a los chicos alojados en casas de familia, “nos saca del contacto directo que hemos tenido en otros viajes en los que estuvimos todo el tiempo encima, corrigiéndoles cosas”, Roque aclaró que “esto también es bueno porque salen de sus casas, donde pasan el 90 por ciento del tiempo. Salen para ir al country o al colegio, pero después viven encerrados en sus hogares debido a la inseguridad. Esta es una realidad”.

“Estar en una casa de familia, con gente que deposita toda su confianza y su amor, que los recibe en su hogar, también sirve para construir a los chicos. Además de instruirlos en la parte futbolística y en mi caso cuidar de su salud, se los corrige en muchos aspectos, cómo tienen que estar vestidos, cómo tienen que saludar cuando se van; es decir, pequeños detalles que los va formando como personas. Tal vez después no llegan, pero le pasa al 99%; de 700 u 800 que arrancan llegan 2 o 3”, añadió el médico.

Y en el mismo sentido, agregó: “En Estudiantes buscamos construir personas, no sólo enseñarles a hacer un lateral o cómo elaborar una jugada de ataque; también que el chico no tire papeles en la calle, no agreda a sus padres, que aprendan a convivir en otros hogares fuera de su casa. Los pibes nos comentan que la pasan bárbaro”.

Roque es uno de los tantos profesionales de la salud que trabajan en Estudiantes. Sólo para el fútbol infantil y amateur hay 4 médicos permanentes en dos turnos, 3 kinesiólogos, más los que se suman los fines de semana para los partidos.